¿Alguna vez has gritado a tus hijos? Gritar es una forma habitual de expresar la frustración o el enfado de los padres, pero no siempre es la mejor manera de gestionar estas emociones.
Lo que más nos angustia como padres son nuestras pérdidas de control y ver que el GRITO es un recurso al que llegamos sin saber muy bien por que…No nos gusta ni gritar ni que nos griten, entonces ¿por qué lo hacemos? ¿Qué nos pasa? Este tema se torna esencial para las familias. En esta entrada del blog, hablaremos de por qué gritar a los niños es perjudicial, y daremos algunos consejos para evitarlo, ¡sigue leyendo!
¿Es posible educar sin gritar a los niños?
Sí, es posible educar sin gritar a los niños. ¿Tú gritas en tu trabajo? ¿A tu pareja? Si puedes auto controlarte en unas situaciones, puedes hacerlo también en otras. La capacidad la tenemos. Solo tenemos que anticiparnos y poner el límite antes de llegar a nuestro límite…
Es posible educar sin gritar a los niños. De hecho, suele ser más eficaz utilizar el refuerzo positivo que el negativo. El refuerzo positivo fomenta el buen comportamiento proporcionando recompensas, mientras que el refuerzo negativo castiga el mal comportamiento. Gritar a los niños puede ser contraproducente porque puedes hacerles sentir miedo o indignidad. En su lugar, intenta centrarte en lo positivo aspectos de su comportamiento. Por ejemplo, si tu hijo limpia su habitación sin que se lo pida, dale la enhorabuena por hacer un buen trabajo. Esto animará a tu hijo a seguir comportándose de forma positiva.
¿Por qué le gritamos a los niños?
Hay muchas razones por las que podemos gritar a los niños. Tal vez nos sintamos estresados o agobiados y lo paguemos con ellos. Tal vez queramos llamar su atención y pensemos que gritar es la única manera de hacerlo. O tal vez nos hemos criado en un hogar donde los gritos eran la norma y por eso es algo que siempre hemos hecho.
Sea cual sea la razón, gritar a los niños no es eficaz y puede hacer más daño que bien. Los gritos asustan a los niños y les hacen sentir que están en problemas aunque no lo estén. También les enseña que gritar es una forma aceptable de comunicarse, lo que puede acarrear problemas en el futuro.
Hay algunas cosas que puedes hacer para cambiar la situación. En primer lugar, da un paso atrás e intenta comprender qué es lo que le hace gritar. ¿Es algo que hace tu hijo o hay algo más en tu vida? Una vez que conozcas la causa principal, podrás empezar a trabajar en una solución.
Educar es el trabajo más duro y más difícil que tenemos entre manos (y también el de mayor responsabilidad…) y es por ello, que no siempre sabemos qué hacer, son muchos retos, desafíos y cambios que nos tienen confundidos y damos palos de ciego.
La falta de autocuidado y la creencia de tomarnos a título personal los “malos comportamientos” de los niños (cuando realmente con “errores”, “usan lo que tienen”, y suelen ser comportamientos inocentes), hacen que “perdamos los nervios” y gritemos.
¿Cómo evitar gritar a los niños?
¿Cómo evito gritar a mi hijo? ¿Cómo hago para no gritar? Primero date una palmadita en la espalda de aliento, lo estás haciendo lo mejor que puedes/sabes. Tener emoción de enfado es lícito, no somos de piedra. El problema está en cómo manifestamos el enfado. Es curioso cómo nuestros hijos, “tocan botones rojos” que provocan nuestra explosión. Es importante saber transmitir a nuestros hijos lo que necesitamos y lo que nos molesta. Así les ayudamos a entendernos.
Procura anticiparte y elige tus batallas. Ten muy presente que se puede ser FIRME y poner un límite, de forma AMABLE y respetuosa. ¿Dónde se ha dicho que para ser firme hay que perder el respeto del otro? Recuerda podemos conectar primero y luego corregir o educar de forma amable y firme al mismo tiempo (ej: sé que no quieres irte del parque y tenemos que irnos).
Respira y relájate antes de gritar
Respira y relájate antes de gritar. Solo habla cuando notes que tu enfado está bajo control, es mejor no decir nada o pedir un Tiempo muerto (tiempo fuera positivo para poder volver a pensar con claridad y con respeto).
Tienes que ser empático
Los niños usan lo que tienen, están en “construcción”, hay habilidades emocionales que aún no poseen.
Recuerda que es un niño
A todos nos ha pasado. Estás intentando hacer algo y los niños no cooperan. Tal vez se pelean entre ellos, o tal vez sólo están interrumpiendo. Sea cual sea la razón, es frustrante. Y a veces, en el calor del momento, podemos olvidar que sólo son niños.
Tienes que ser respetuoso
No sólo es importante ser respetuoso con los adultos, sino también con los niños. Que alguien sea más joven que tú no significa que no merezca el mismo nivel de respeto. De hecho, es aún más importante ser respetuoso con los niños porque todavía están aprendiendo y creciendo.
Positividad
Es muy importante la positividad. Los errores son oportunidades de aprendizaje para ellos (aprenden habilidades socioemocionales) y forman parte del aprendizaje. Mírate y mira a tus hijos con OJOS BUENOS, ten también presente y cerquita de la memoria los momentos bonitos, de conexión y respeto que se dan en casa.
¿Por qué no debemos gritarles a los niños? Efectos negativos y consecuencias de gritarles a los niños
Gritar a los niños puede tener una serie de consecuencias negativas. Puede dañar su autoestima, hacerles sentir miedo y ansiedad, y provocar un comportamiento agresivo. Los gritos también enseñan a los niños que está bien gritar cuando están enfadados o molestos, lo que puede provocar problemas en sus relaciones futuras. Además, gritar a los niños puede interferir con su capacidad de concentración y aprendizaje.
Gritar asusta a los niños
Gritar puede llamar la atención de un niño, pero también puede asustarlo. Los niños no siempre pueden controlar sus emociones y, cuando están enfadados, a menudo no saben cómo expresarse de forma constructiva. Gritar sólo empeora la situación y puede dañar la relación entre padres e hijos.
Gritar baja el autoestima
Todos queremos que nuestros hijos crezcan y se conviertan en adultos seguros y felices. Pero gritarles no es la manera de conseguir este objetivo. Gritar reduce la autoestima y hace que los niños se sientan mal consigo mismos. Además, le damos a entender que está bien gritar a la gente cuando está enfadada o molesta.
Gritar aleja a los niños
Hay muchas razones por las que los padres no deberían gritar a sus hijos. Los gritos alejan a los niños, les hacen sentirse mal con ellos mismos y pueden incluso provocar agresiones físicas. Cuando los padres gritan a sus hijos, envían el mensaje de que no vale la pena hablar con ellos con calma. Esto puede dañar la relación padre-hijo o madre-hijo.
También es importante evitar comparar a sus hijos con los demás. Cada niño es único y debe ser tratado como tal. Comparar a tu hijo con otro niño puede hacer que se sienta inferior o desanimado. Si tiene que comparar a sus hijos, hazlo de forma positiva.
En conclusión, no es bueno gritar a los niños. Los gritos pueden asustarlos y hacer que se sientan solos, no queridos y sin apoyo. En su lugar, intenta utilizar el refuerzo positivo y los elogios cuando hacen algo bien. Esto les ayudará a sentirse animados y a reforzar su autoestima. Ten en cuenta estos 5 consejos para ayudar a los niños negativos o pesimistas y lo que tienes que hacer si tu hijo es agresivo. Te recordamos que puedes inscribirte a uno de nuestros talleres de Disciplina positiva para padres. ¡Te esperamos!