Una de las inquietudes que tienen las familias es que los hijos/as no obedecen, no hacen caso. Esto se presenta tanto en niños pequeños como en adolescentes, y provoca mucha frustración y mal clima en casa.
Si eres como la mayoría de los padres, probablemente hayas experimentado la frustración de que tu hijo no te haga caso y no sepas qué hacer. Puede ser muy duro cuando tu hijo no parece respetar tu autoridad. ¡Estás en el lugar indicado para solucionar este problema! Continúa leyendo esta entrada para informarte sobre las razones más habituales por las que los niños no hacen caso, así como las soluciones que puedes ayudar.
Por qué mi hijo no me hace caso y desobedece: razones del mal comportamiento
La gran queja que tienen los padres es “mi hijo no me escucha” y, si somos sinceros, lo que pasa es que tu hijo no hace lo que tu quieres. Eso no es que no escuche, simplemente no obedece. Si lo pensamos bien, son tantas cosas las que queremos que hagan cuando nosotros queremos, que no es de extrañar que unas veces sí y otras no obedezcan. Lo malo es que ponemos el foco en las veces que nos hacen lo que queremos.
Lo que a veces llamamos “mal comportamiento”, en muchas ocasiones son “comportamientos molestos para los adultos“ e incluso son comportamientos lícitos del momento evolutivo del niño. Por ejemplo, que un niño pequeño muerda, puede tener muchas causas “razonables para el niño”: no sabe hablar, le duelen los dientes, tiene hambre, sueño o fiebre… Sin embargo, en un niño mayor, sin ningún problema evolutivo, lo normal es que no muerda.
Por eso, en Disciplina Positiva se equipara el “mal comportamiento” a un iceberg. Donde en la parte de arriba, la punta encima del agua, es la conducta lo que se ve, lo que el niño/a hace. Pero debajo de esa punta, hay un trozo de hielo mucho mayor, lo que no vemos, y ahí se encuentran necesidades básicas no cubiertas, respuesta de nuestro cerebro primitivo, fases del desarrollo evolutivo, apego inseguro y, finalmente, si todo lo hemos descartado, podríamos hablar de la necesidad de pertenencia y contribución. Lo que en Disciplina Positiva describimos como la necesidad de sentirme tenido en cuenta, que pertenezco y que además son útil, necesario y capaz.
Qué debes hacer si tu hijo no te hace caso: soluciones
Cuando vemos claramente que las conductas de nuestros hijos son lo que comúnmente llamamos “quiere llamar nuestra atención”, lo que tenemos que hacer es comprender que lo que busca es “pertenecer” y no sabe cómo hacerlo de forma constructiva o adaptativa.
Desde esta mirada, nos será más fácil encontrar la respuesta que ayude a reducir los “malos comportamientos”. Algunos ejemplos que pueden ayudar:
En lugar de dar órdenes, haz preguntas
Por ejemplo, en lugar de “coge tu abrigo” di “qué tienes que coger para no mojarte con la lluvia?
No exijas, haz peticiones
Decide lo que tú vas a hacer, en lugar de esperar a que sea tu hijo quien lo haga. Por ejemplo: “cuando se acabe el capítulo voy a apagar la TV”.
Actúa, no hables
Tienes que hacerle saber que lo estás esperando, quédate a su lado, esperando, sin decir nada.
Valida sus sentimientos
Con amabilidad y firmeza a la vez. Por ejemplo: “sé que te quieres quedar en el parque, y nos tenemos que ir”.
Pautas para que tu hijo te haga caso en el día a día
Para que los días no sean una lucha constante, una herramienta muy útil es establecer rutinas, involucrando al niño/a en su creación. Pregúntale, escucha, y llegar a límites razonables y respetuosos para ambos. La idea clave es primero conectar para luego corregir o educar. En nuestro taller de Disciplina Positiva presencial u online, os ayudamos a generar un clima de bienestar emocional consiguiendo en las familias una mirada y posición hacia el niño que saca su mejor versión. ¿Tienes alguna pregunta? ¡Te responderemos encantadas!