Los niños se enfadan igual que los adultos. Cierto es que se enfadan en situaciones que quizás un adulto no entiende y esto se debe a cómo el niño interpreta una situación (cerebro de niño, entendimiento de niño) y a su capacidad de autorregulación.
La autorregulación es la capacidad de controlar o modular las propias emociones, deseos, impulsos y acciones. Depende del desarrollo de la corteza prefrontal y proporciona la base para todas las habilidades sociales, la flexibilidad y la autodisciplina. La capacidad de reconocer y nombrar las emociones es un componente importante en la autorregulación, y es uno que se desarrolla con el tiempo. Ningún niño nace con la capacidad de identificar y controlar las emociones o de calmarse cuando está enojado, frustrado o estresado.
¿Cuáles son las principales causas y motivos de los enfados en los niños? ¿Cuáles son las claves para calmarlos? Respondemos a estas cuestiones y otras más. ¡Sigue leyendo!
Comprensión y empatía ante los enfados de los niños
Hemos de entender y tener compasión con los niños, puesto que todavía no saben cómo canalizar y controlar una emoción como el enfado. Todos los niños buscan “Pertenecer”, es decir, ser tenidos en cuenta, y si perciben (erróneamente a veces) que no pertenecen, buscan la forma de conseguirlo.
“Soy un niño y solo quiero pertenecer…” y los adultos deberíamos entender que cómo niño a veces “no sé cómo lograr esa pertenencia” de forma constructiva. Como ya sabemos, la parte más “racional” del cerebro de un niño tarda en desarrollarse mucho tiempo, años… Y en ella se encuentran habilidades socio emocionales como la empatía, la regulación de las emociones, la regulación de las relaciones interpersonales, y muchas habilidades que con el tiempo, la experiencia y el aprendizaje se van desarrollando.
Por ello, hemos de empalizar con ellos. Tener compasión y esto no significa consentir o permitir que hagan lo que quieran. Nuestro mensaje y posición hacia el niño debe indicar “siento que te sientas así, y _____” . Cuando tanto el niño como el adulto estén tranquilos y receptivos, es cuando se podrá conversar desde el respeto y enfocarnos en soluciones para poder mejorar en el manejo del enfado.
Cuánto dura el enfado de los niños
Los enfados en los niños son tan variados como los de los adultos, tanto en la temática como en la duración. Es cierto que, en niños pequeños, los momentos de enfado, rabieta, van a depender mucho de su desarrollo cerebral. No es lo mismo un cerebro de un niño de 1 año, que uno de 8 o 16 años.
Lo interesante no es cuánto dura, sino cómo podemos ayudar y acompañar al niño a autorregularse. Con frecuencia los adultos esperan mucho más de los niños pequeños de lo que son capaces en términos de desarrollo. Los niños aprenderán sobre autocontrol, autorregulación y habilidades sociales y emocionales observando y escuchando a los adultos en sus vidas. Si esos adultos no tienen particularmente estas habilidades, es poco probable que los niños las aprendan fácilmente. Para los maestros, cuidadores y padres, la capacidad de autorregularse y manejar las emociones de manera constructiva es fundamental.
Consejos y claves para gestionar el enfado de los niños
Tal como deja claro Daniel Siegel en su libro ‘Cerebro en la palma de la mano’: Es imposible resolver problemas o absorber nueva información cuando un niño está enojado, asustado o estresado (esto es igualmente cierto para el padre/madre, maestro o cuidador que intenta ayudar al niño). El castigo, las consecuencias o recompensas no son útiles; la autorregulación debe ocurrir antes de poder abordar el comportamiento.
El proceso de aprendizaje de la autorregulación generalmente comienza con la corregulación. Es decir, un adulto vinculado puede usar su propia capacidad para calmarse para apoyar a un niño que recién está aprendiendo.
Con práctica, se construyen y fortalecen nuevas vías cerebrales y los niños desarrollarán un mayor control sobre sus acciones a medida que crezca la comprensión de sus sentimientos. Hay diferentes maneras de manejar el enfado en los niños con la co-regulación:
- Concéntrate en la respiración. Puedes alentar a los niños a “respirar como si estuvieran oliendo flores” y “exhalar como si estuvieran soplando velas de cumpleaños”.
- Vamos a ser una tortuga, y explica que cuando la tortuga necesita seguridad y tranquilidad, se refugia en su caparazón.
- Proporciona recursos sensoriales, para distraer, amasar, tocar…
- Cálmate con el niño en lugar de esperar que él se calme. Asegúrate de proyectar calma y seguridad, luego ponte al nivel del niño y trabaja con él para identificar y controlar las emociones.
Cómo lograr que un niño con enfado haga caso
Cuando un niño se enfada, hay que esperar a que se le pase el enfado con estrategias de autorregulación y de corregulación si es muy pequeño.
En disciplina positiva contamos con una herramienta que trabaja de forma preventiva. Podemos crear con los niños una RUEDA DE OPCIONES PARA EL MANEJO DEL ENFADO:
- Enseña a tus hijos que experimentar emociones es algo normal, pero lo que hacemos no siempre es correcto.
- Haga una lluvia de ideas (con tus niños) de posibles opciones que se pueden hacer cuando uno está enfadado (qué sea respetuoso para todos).
- En una gráfica en forma de pizza, escribe una solución en cada sección y permite que los niños dibujen o hagan símbolos.
- En un momento en donde tu hijo esté calmado, enséñale la Rueda de opciones para la ira y revise las alternativas respetuosas para expresar esa ira.
- Tus niños pueden girar la rueda para escoger la solución que más le sirva en el momento de enfado.
- Cuando tu hijo esté enojado, valide sus sentimientos y luego invítalo a elegir una alternativa de la Rueda de opciones.
Con esta herramientas y muchas más podemos saber cómo actuar ante el enfado de los niños. ¡Mira los talleres que ofrecemos para padres en relación a la Disciplina Positiva! Escríbenos si tienes cualquier duda.